Otro blog, otra web, otra vez

En los últimos veinte años habré mantenido, con toda clase de resultados y frecuencias, no menos de siete páginas personales distintas y más de quince blogs. Siempre he pensado que era bueno hacerlo para que los fisgones tuviesen algo que encontrar (un saludo), quienes quisiesen contactar conmigo pudiesen hacerlo y, sobre todo, porque estoy convencido de que cuando lo que haces te expone a que una sola persona te busque en Internet, vale más adelantarse que dejar al algoritmo decir cualquier tontería.

Llevo desde la pandemia sin publicar prácticamente nada más que estados de Instagram. Ha sido placentero. Primero, decía que era sano, que estaba bien y que me daba aire para poder organizar este sitio de manera que yo sintiese que explicaba bien a qué me dedico, que es una cosa que me cuesta cada vez más.

Tanto aire ha sido que me he pasado casi dos años desarrollando el monstruo. Ahora, he decidido parar sin pensar y sacarlo en condiciones mínimas, tal cual, porque me parece que hace ya bastantes meses que la maduración se convirtió en dar vueltas. Pretendo que vaya creciendo a partir de esta infraestructura mínima y, de paso, compartir el proceso.

Esta vez, y de momento, solo voy a intentar cumplir dos objetivos: el primero, que las novedades y proyectos que vaya compartiendo formen una imagen por sí mismas y, en segundo lugar, compartir de cuando en cuando algo que haya aprendido a lo largo de este proceso.

A ver qué tal.

Una respuesta a «Otro blog, otra web, otra vez»

  1. […] la primerísima entrada de este blog mencionaba que había decidido poner en el aire esta página web con la infraestructura mínima que […]


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